martes, 12 de junio de 2007

¿Qué sabes de mi país? (I)

Pregunta que ya ha pasado a la historia del certamen de Miss España (gran cuna de pilinguis) después de que fuera formulada por el embajador de Rusia a Miss Absurda... digo... Melilla allá por el 2001."Sé que es un país donde vive gente maravillosa, que en el tema de política ha habido algunos cambios...". Casi, bonita, has acertado una de dos.

El Moscú en plan ver edificios es así como muy estupendo... "qué bonito esas figuras, qué bonito esos dorados", que diría Manuela Mezzosoprano-Transexual-Pintora-Diseñadora-Concejalaconllave Trasobares. Pero ¿y la ciudad de yomeloguisoyomelocomo con estas manitas (de cerdo) y mi tricotón? Amigo, pues aquí donde se pone emocionante, y pones a prueba al pequeño lonelyplaneteador que llevas dentro.

La Crónicas de Narnianovich empiezan así:

Nada más llegar al aeropuerto cambiamos los euros en rublos (a partir de ahora RUFLOS en homenaje a una conocida que nos dijo "la moneda de Rusia son ruflos, ¿verdad?"; si, bonita, de Matutanoski; ya te puedes presentar a Miss Melilla). Y como uno es muy aplicado preparando viajes, ahí estábamos en la salida de la T2 del aeropuerto Sheremetyevo esperando al bus 851. Entonces, cuando lo vimos llegar pensé "Mierda, nos ha tocado el viejo", pensamiento que acabo envolucionando a "qué suerte, nos ha tocado uno que anda", porque lo de los autobuses es pa' verlo. En alguno me pareció ver pintada la firma de Atapuerkova debajo de un pequeño bisonte.

Nada más montar en loquefueraofuese aquello y entrar en la autovía, primer shock: un coche marcha atrás a toda velocidad con las luces de emergencia. Cuando unos segundos después vimos otro empezamos a sospechar... y luego un segundo, un tercero... muertos nos quedamos. Y un par de km más adelante, la respuesta: ¿ataque alienígena en Moscú en plan Independence Day? Pues no, ¡¡había caravanoski!!. Lógico: que tu vas por la autovía y te encuentras caravana... pues marcha atrás hasta la anterior salida ¡¡y aquí no ha pasado nada!!. Incluso había algún "prudente" que prefería dar la vuelta en el arcén y conducir en sentido contrario, que es mucho más seguro, donde vas a parar...

Tras este primer impacto inicial empezamos a centrarnos en lo nuestro: según lo que yo había leído, el bus era directo, y aquello hacía más paradas que ginebras hay en el botellero de Massiel, así que cuando ví a una señora (¿travelo?) así como con una bolsa grande dispuesta a bajar le pregunté en mi fluido ruso: "señorita, podría decirme si esta es la parada es la del metro?". Bueno, señalé hacia fuera y le dije "metro", así como gritando, que es mejor para que te entiendan, y ella con cara de ciudadana X me soltó una parrafada de la que solo entendí "niet". Así que interioricé que me había dicho que era la última parada (la del metro), y por algún milagro (y porque me puse a comparar todos los carteles que había por el autobús con las palabrejas del mapa del metro) acertamos.

Primera prueba superada, llegar al metro.

[...]

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