lunes, 25 de junio de 2007

Más que 1000 palabras (I): Muerta de Miedo

Nueva sección: (Una imagen vale) "más que 1000 palabras" porque a veces no hay nada más que añadir...


viernes, 15 de junio de 2007

¿Qué sabes de mi país? (II)

Bienvenidos al metro de Moscú.

El tema de comprar el billete no fue difícil, porque ya me sabía que sacando un bono de 20 me ahorraba unos ruflos (ver capítulo I). Entonces me quedé frente a la máquina con cara de Pantoja viendo el Tomate, al observar que todo el mundo metía el billete por una ranurita, le salía por otra, y pasaban y a mí aquello no me lo tragaba por ningún sitio (como dijo Josefina). Viendo mi cara de lerdo y mis absurdos intentos (no tengo mucha experiencia con las raji... ranuritas) se acercó una moscovita anónima (llamémosla Anorgasmikova) y me quitó el billete de las manos, y sin decirme una palabra (ni gestos ni miradas apasionadas) ni mirarme a la cara, lo pasó por encima de uno de los círculos que había entre ranurita y ranurita y de pronto la luz roja desapareció y apareció el verde: magia moscovita; con razón tienen un circo tan famoso... O eso, o que los bonos son magnéticos y los billetes que usa la mitad de la peña no, que todo puede ser.

Arrastré el poco orgullo viajero que me quedaba escaleras abajo para recibir la puntilla final ¡¡todo está en cirílico ruso y solo en cirílico ruso!! Si esto ya de por sí dificulta el tema de los nombres de estaciones, salidas, direcciones... bienvenidos al maravilloso mundo de los colores. Cada línea tiene un color, hasta ahí como en el resto del mundo, pero este dato lo omiten en el 90% de los carteles, tan minimalistas ellos, todos en blanco... con sus letritas tan raritas en negro... y cuando tienes la suerte de encontrar uno con los colores de la línea, te sientes como un daltónico en la semana del color en el Corte Inglés, porque en tu mapa del metro la linea 3 es azul marino, y en los carteles es azul pitufo; y la 4 en tus mapas es azul claro, y para ellos azul pitufo estreñido (o extrañado como estábamos nosotros), y ya luego podemos entrar en la gama de los rojosmarronesrojooscurocasinegro.

Tardamos un día en descubrir que no hay que fiarse de los colores; y otro en descubrir cómo saber en qué sentido va cada metro, porque el orden de las estaciones lo escriben al revés (algún día explicaré esto si me siento con fuerzas) y ¡¡hay estaciones escritas que no vienen en el plano!! y otras que se duplican por arte de magia (de nuevo), así que de golpe y porrazo te joden el truquillo de contar las estaciones, porque a ver quien entiende al primo de Yeltsin que grabó la cinta recitando los nombres de cada parada. Vamos, que pones el rosario de JuanPa2 y te enteras de lo mismo. Bastante problema teníamos ya con andar memorizando las tres primeras letras de cada estación (en plan "o, landa y eso que parece una m", o "ce, pi al revés, y o tachada") para que aparezcan y desaparezcan estaciones.

Según la página web del hotel, desde el aeropuerto hasta el hotel (bus + metro): "Time: 45 minutes".
Según nosotros: "Time: 135 minutes".
Que igual la culpa la tuvimos nosotros, que el tiempo también lo dan en ruflos y no sabemos hacer la conversión... porque ya solo el autobusoski tardó una hora y cuarto...

Segunda prueba superada: llegar al hotel.

[...]

Un homenaje a un ruso ilustre. Este sí que tenía ritmo, y no las T.A.T.U.

martes, 12 de junio de 2007

¿Qué sabes de mi país? (I)

Pregunta que ya ha pasado a la historia del certamen de Miss España (gran cuna de pilinguis) después de que fuera formulada por el embajador de Rusia a Miss Absurda... digo... Melilla allá por el 2001."Sé que es un país donde vive gente maravillosa, que en el tema de política ha habido algunos cambios...". Casi, bonita, has acertado una de dos.

El Moscú en plan ver edificios es así como muy estupendo... "qué bonito esas figuras, qué bonito esos dorados", que diría Manuela Mezzosoprano-Transexual-Pintora-Diseñadora-Concejalaconllave Trasobares. Pero ¿y la ciudad de yomeloguisoyomelocomo con estas manitas (de cerdo) y mi tricotón? Amigo, pues aquí donde se pone emocionante, y pones a prueba al pequeño lonelyplaneteador que llevas dentro.

La Crónicas de Narnianovich empiezan así:

Nada más llegar al aeropuerto cambiamos los euros en rublos (a partir de ahora RUFLOS en homenaje a una conocida que nos dijo "la moneda de Rusia son ruflos, ¿verdad?"; si, bonita, de Matutanoski; ya te puedes presentar a Miss Melilla). Y como uno es muy aplicado preparando viajes, ahí estábamos en la salida de la T2 del aeropuerto Sheremetyevo esperando al bus 851. Entonces, cuando lo vimos llegar pensé "Mierda, nos ha tocado el viejo", pensamiento que acabo envolucionando a "qué suerte, nos ha tocado uno que anda", porque lo de los autobuses es pa' verlo. En alguno me pareció ver pintada la firma de Atapuerkova debajo de un pequeño bisonte.

Nada más montar en loquefueraofuese aquello y entrar en la autovía, primer shock: un coche marcha atrás a toda velocidad con las luces de emergencia. Cuando unos segundos después vimos otro empezamos a sospechar... y luego un segundo, un tercero... muertos nos quedamos. Y un par de km más adelante, la respuesta: ¿ataque alienígena en Moscú en plan Independence Day? Pues no, ¡¡había caravanoski!!. Lógico: que tu vas por la autovía y te encuentras caravana... pues marcha atrás hasta la anterior salida ¡¡y aquí no ha pasado nada!!. Incluso había algún "prudente" que prefería dar la vuelta en el arcén y conducir en sentido contrario, que es mucho más seguro, donde vas a parar...

Tras este primer impacto inicial empezamos a centrarnos en lo nuestro: según lo que yo había leído, el bus era directo, y aquello hacía más paradas que ginebras hay en el botellero de Massiel, así que cuando ví a una señora (¿travelo?) así como con una bolsa grande dispuesta a bajar le pregunté en mi fluido ruso: "señorita, podría decirme si esta es la parada es la del metro?". Bueno, señalé hacia fuera y le dije "metro", así como gritando, que es mejor para que te entiendan, y ella con cara de ciudadana X me soltó una parrafada de la que solo entendí "niet". Así que interioricé que me había dicho que era la última parada (la del metro), y por algún milagro (y porque me puse a comparar todos los carteles que había por el autobús con las palabrejas del mapa del metro) acertamos.

Primera prueba superada, llegar al metro.

[...]

lunes, 11 de junio de 2007

Me Llaman El Desaparecido

En este mes y pico de ausencia he tenido tiempo de irme una semana a Saly (Senegal), 4 días a Moscú (Rusia), de preparar ambos viajes, de seguir practicando un poco de Photoshop, de tener meneo en el curro, en la familia y de todo un poco, vamos...

Así que quitamos el botón de Pause [II] y de damos otra vez al Play [>].

He vuelto... y los micrófonos (thanx Jelen por este gran descubrimiento).